Tailandés antiguo | Gran Buda sentado con pintura dorada | Hacia el siglo XIX/principios del XX
Descripción
Más
Menos
Contexto histórico y origen
Región: Tailandia
Material: Madera tallada a mano con pintura dorada e incrustaciones de vidrio.
Periodo: siglo XIX-principios del XX
Descripción
Este exquisito Buda sentado tailandés es un ejemplo notable del arte budista de Tailandia, una región reconocida por su devoción a la escultura en templos y la artesanía espiritual. Tallada a mano en madera y ricamente decorada con pintura dorada y coloridas incrustaciones de vidrio, la figura encarna la serenidad, la iluminación y la presencia sagrada. Representado en el Bhumisparsha Mudra (Gesto de Tocar la Tierra), el Buda invoca a la tierra para que sea testigo de su momento de iluminación. Los rasgos faciales serenos, los lóbulos alargados de las orejas y la ushnisha craneal reflejan la iconografía tradicional tailandesa, simbolizando la compasión, la sabiduría y el despertar divino. Adquirida en Japón en 1980 durante un viaje de coleccionista, esta estatua ha permanecido desde entonces en manos privadas, conservando su significado tanto cultural como espiritual.
Características
- Expresión meditativa serena con ushnisha y lóbulos de las orejas alargados.
- Túnica drapeada con incrustaciones de piedras preciosas rojas, verdes y blancas.
- Superficie pintada en dorado con adornos decorativos de vidrio.
- Sentado en Bhumisparsha Mudra – símbolo de la iluminación
- Buen ejemplo del arte de templos y santuarios budistas tailandeses.
Importancia cultural
Las estatuas de Buda tailandesas eran parte integral de templos, monasterios y santuarios domésticos, sirviendo como puntos focales de devoción, meditación y reflexión espiritual. Esta pieza encarna los ideales budistas de tranquilidad e iluminación, a la vez que funciona como un símbolo protector y auspicioso. Más allá de su función religiosa, refleja la habilidad y la dedicación de los artesanos tailandeses, quienes crearon obras que unían la belleza con un profundo significado espiritual.
Condición
La estatua se mantiene estructuralmente intacta, con un desgaste natural en el acabado dorado y la pintura propio de su antigüedad y uso devocional. Las incrustaciones de vidrio se conservan en gran parte, lo que realza su atractivo decorativo. La pátina superficial, fruto de siglos de reverencia, le aporta autenticidad y valor, convirtiéndola en un ejemplar de arte budista tailandés muy coleccionable.
Dimensiones (aproximadas)
Altura: 14 pulgadas
Ancho: 12 pulgadas
Profundidad: 8,5 pulgadas
Edad
100–200 años de antigüedad
Descripción
Contexto histórico y origen
Región: Tailandia
Material: Madera tallada a mano con pintura dorada e incrustaciones de vidrio.
Periodo: siglo XIX-principios del XX
Descripción
Este exquisito Buda sentado tailandés es un ejemplo notable del arte budista de Tailandia, una región reconocida por su devoción a la escultura en templos y la artesanía espiritual. Tallada a mano en madera y ricamente decorada con pintura dorada y coloridas incrustaciones de vidrio, la figura encarna la serenidad, la iluminación y la presencia sagrada. Representado en el Bhumisparsha Mudra (Gesto de Tocar la Tierra), el Buda invoca a la tierra para que sea testigo de su momento de iluminación. Los rasgos faciales serenos, los lóbulos alargados de las orejas y la ushnisha craneal reflejan la iconografía tradicional tailandesa, simbolizando la compasión, la sabiduría y el despertar divino. Adquirida en Japón en 1980 durante un viaje de coleccionista, esta estatua ha permanecido desde entonces en manos privadas, conservando su significado tanto cultural como espiritual.
Características
- Expresión meditativa serena con ushnisha y lóbulos de las orejas alargados.
- Túnica drapeada con incrustaciones de piedras preciosas rojas, verdes y blancas.
- Superficie pintada en dorado con adornos decorativos de vidrio.
- Sentado en Bhumisparsha Mudra – símbolo de la iluminación
- Buen ejemplo del arte de templos y santuarios budistas tailandeses.
Importancia cultural
Las estatuas de Buda tailandesas eran parte integral de templos, monasterios y santuarios domésticos, sirviendo como puntos focales de devoción, meditación y reflexión espiritual. Esta pieza encarna los ideales budistas de tranquilidad e iluminación, a la vez que funciona como un símbolo protector y auspicioso. Más allá de su función religiosa, refleja la habilidad y la dedicación de los artesanos tailandeses, quienes crearon obras que unían la belleza con un profundo significado espiritual.
Condición
La estatua se mantiene estructuralmente intacta, con un desgaste natural en el acabado dorado y la pintura propio de su antigüedad y uso devocional. Las incrustaciones de vidrio se conservan en gran parte, lo que realza su atractivo decorativo. La pátina superficial, fruto de siglos de reverencia, le aporta autenticidad y valor, convirtiéndola en un ejemplar de arte budista tailandés muy coleccionable.
Dimensiones (aproximadas)
Altura: 14 pulgadas
Ancho: 12 pulgadas
Profundidad: 8,5 pulgadas
Edad
100–200 años de antigüedad
También te puede interesar